Clásica

(Butyrospermum Parkii): Reconocida por sus propiedades protectoras e hidratantes. Su rica composición en vitaminas A, E y F, junto con minerales, la convierte en un potente regenerador celular apto para diversas aplicaciones. La manteca de karité protege la barrera cutánea de factores externos, nutre profundamente la piel y mejora su elasticidad. Además, actúa como un eficaz antiirritante para pieles sensibles, ayuda a reducir imperfecciones y previene daños causados por el frío.

(Persea gratissima) Esta fruta de alto valor nutricional se destaca por su contenido en proteínas (1-3%), así como en vitaminas liposolubles (D, E) e hidrosolubles (ácido fólico y vitaminas del grupo B). También es rica en minerales como calcio, potasio, magnesio, sodio, fósforo, azufre y silicio. Además, es una excelente fuente de glutatión, un potente antioxidante que ayuda a combatir compuestos potencialmente carcinogénicos. Su aplicación proporciona una mayor suavidad y una notable capacidad de hidratación para la piel.

Prunus armeniaca es un árbol caducifolio del cual se extraen pequeñas partículas del hueso, que poseen una cáscara dura. En cosmética, estas partículas se utilizan como un exfoliante suave y natural. Su textura permite eliminar con delicadeza las células muertas de la epidermis, promoviendo la regeneración de la piel y dejando una superficie suave, uniforme y luminosa. A diferencia de los exfoliantes químicos, este método es gentil y no agresivo, evitando cualquier reacción adversa en la piel.

(Coffea arabica L.) Este ingrediente proviene de la planta de café y destaca por su rica composición en polifenoles, que poseen una notable actividad antioxidante. Estas sustancias son esenciales para neutralizar los radicales libres generados por la exposición de la piel a la luz solar, brindando así una protección eficaz y ayudando a mantener la integridad de la piel frente a los procesos oxidativos.  

Es una planta silvestre, originaria de Chile y que crece principalmente entre la cordillera de la Costa y la de los Andes, se caracteriza por su capacidad de penetrar rápidamente en las capas superiores de la piel. Favorece la renovación celular y estimula la regeneración cutánea. Su composición se basa en triglicéridos altamente insaturados, que superan el 90%, destacando especialmente los ácidos grasos esenciales oleico, linoleico y linolénico.

Esta planta suculenta, perteneciente a la subfamilia Asphodeloideae de la familia Xanthorrhoeaceae, es conocida por su rica composición. Contiene principalmente azúcares, polisacáridos, aminoácidos, enzimas, vitaminas, lignina, minerales y otros compuestos en menor proporción. El extracto de aloe, obtenido del gel, actúa como un excelente acondicionador para la piel gracias a sus propiedades emolientes. Su alto contenido en polisacáridos forma una película en la superficie cutánea que proporciona una hidratación profunda y un efecto suavizante

(Punica granatum) Este pequeño árbol frutal caducifolio de la familia Lythraceae se distingue por su alto contenido en ácidos grasos, siendo el ácido púnico el predominante (60%), junto con ácido linoleico (2-15%), oleico (3-12%), palmítico (1-10%) y esteárico (1-5%). Además, es rico en antioxidantes, vitamina C y minerales esenciales como potasio y calcio. También contiene fitosteroles y tocoferoles, que contribuyen a su efectividad. Este aceite actúa como regenerador del tejido epidérmico, estimula el sistema inmunitario y proporciona una sólida protección para la piel.

Este extracto se obtiene de la resina del árbol Croton lechleri. Es altamente valorado por sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, gracias al alcaloide Taspina, así como por su actividad antioxidante, que se debe a la presencia de protoantocianidinas. Este ingrediente es ideal para la reparación y regeneración de la piel, además de ayudar a retrasar los signos del envejecimiento.

Proveniente de Rubus idaeus, este extracto es excepcionalmente rico en compuestos fenólicos, incluyendo antocianinas, flavonoides, flavonoles, ácidos fenólicos, polifenoles, taninos y ácido ascórbico (vitamina C). Estos poderosos antioxidantes otorgan a la frambuesa notables capacidades para combatir los procesos oxidativos en la piel. Además, su acción antirradical resulta especialmente beneficiosa en tratamientos contra el fotoenvejecimiento.

Prunus amygdalus dulcis, conocido como almendro, es un árbol caducifolio de la familia de las rosáceas. Este aceite, que varía de incoloro a amarillo claro, está compuesto principalmente por triglicéridos de ácidos grasos, siendo el ácido oleico (62-86%) y el ácido linoleico (20-30%) los más destacados. También contiene ácidos grasos esenciales como el mirístico, palmítico y esteárico, que son fundamentales para la salud cutánea. El aceite de almendras dulces hidrata la piel y actúa como lubricante, dejándola suave y lisa.

Citrus aurantium dulcis, conocido como naranjo dulce, es un árbol pequeño con flores de pétalos blancos. Este aceite destaca por su contenido en terpenoides, incluyendo limoneno y hidrocarburos monoterpenos como β-mirceno y α-pineno, así como alcoholes como citronelol, geraniol y linalool, y aldehídos como neral. Posee propiedades antisepticas, antioxidantes, y acondicionadoras de la piel, además de actuar como tónico y estimulante. Su uso regular ayuda a mantener la apariencia y textura de la piel, promoviendo la claridad, luminosidad y suavidad.

Salvia sclarea, conocida también como salvia romana, es una planta bianual rica en compuestos beneficiosos. Su composición incluye flavonoides, como las flavonas sustituidas de luteolina y apigenina, así como derivados triterpénicos como el ácido ursólico. También contiene diterpenos, como carnosol y ácido carnósico, además de ácidos fenólicos como el ácido rosmarínico y aceites esenciales. Este extracto actúa como un potente hidratante, proporcionando suavidad y bienestar a la piel.